“Pura coincidencia” es como Gabriel Leone describe la secuencia de trabajos relacionados con el automovilismo en su carrera. En 2023, el actor carioca estuvo en las pantallas de cine en una de las películas más esperadas del año, el regreso de Michael Mann con el drama Ferrari, protagonizado por Adam Driver y Penélope Cruz. Aún no lo sabía, pero interpretar al piloto español Alfonso de Portago en la biografía de Enzo Ferrari resultaría ser de gran importancia para su carrera.
Durante el rodaje de Ferrari, el actor brasileño ya sabía que interpretaría a uno de los mayores ídolos de su país, alguien que trascendió la Fórmula 1 y el deporte y afectó toda la cultura. Ayrton Senna es un símbolo tan fuerte en el imaginario popular, que, incluso 30 años después de su muerte, aquellos que vivieron la "Era Dorada" entienden la importancia. Leone es uno de ellos.
“Tenía un año cuando Ayrton murió. No tuve esa relación de ver sus carreras, pero como brasileño, tengo dentro de mí su imagen como el ídolo y todo lo que representa”, dijo el actor durante el rodaje de la serie original de Netflix, en Buenos Aires.
Esa “coincidencia” de Senna, serie original de Netflix que se estrena a finales de noviembre, y Ferrari terminó dándole a Leone la oportunidad perfecta de dar los primeros pasos en el descubrimiento del mundo automovilístico. “Fue una gran puerta de entrada para el deporte. Mientras estaba allí filmando [Ferrari], ya sabía de la serie y fue una preparación interesante,” dijo. “Tuvimos una preparación conduciendo los coches. Me encanta el deporte, pero nunca tuve esa cercanía. Con Ferrari empecé a entender este mundo de la Fórmula 1, leer, estudiar”, contó. “Tuve la oportunidad de ir al GP de Monza, que fue increíble. Y luego una de las escenas que filmamos de Ferrari fue en Ímola, un lugar que se convirtió en un santuario para Senna, hay un parque con su estatua, fotos, graffiti... y fue muy emocionante”.
La popularidad de la Fórmula 1 en Brasil alcanzó su auge precisamente con Ayrton Senna, y el papel de la TV en esto no puede ser olvidado. No es casualidad que la serie haya elegido a Gabriel Louchard para interpretar al narrador Galvão Bueno, amigo íntimo de Ayrton. El medio televisivo fue lo que conectó al pueblo con la modalidad. El automovilismo no es un deporte que podamos describir como “popular”. Implica marcas de lujo, escuderías cuyos coches están lejos de la realidad de la mayoría de la población y, claro, las carreras suceden los domingos, el día en que el brasileño está preocupado por un deporte realmente popular: el fútbol. Sin embargo, todo el contexto social del momento en que Ayrton Senna comenzó a brillar permitió la creación de una tormenta perfecta para transformar la F1 en una pasión nacional. Especialmente cuando Ayrton corría.
Ayrton Senna comenzó a lograr sus primeras victorias en el deporte en 1985, durante el tiempo que aún pilotaba para Lotus. Era un periodo de redemocratización. Brasil salía de la Dictadura Militar después de más de 20 años, y cuando Senna ganó su primer título de campeón mundial en 1988, ya con McLaren, el país pasaba por varios años de crisis de hiperinflación cp, niveles de pobreza y desigualdad social en aumento. “El pueblo brasileño venía pasando por un momento difícil y aun viviendo todo eso, casi todos los domingos, tenían algo por lo cual sonreír. Un orgullo”, afirmó Leone que recordó la valorización que el piloto daba al país en las carreras. “El orgullo que [Ayrton] tenía de representar a Brasil, llevar nuestros colores por el mundo... pensando en un país continental y muy desigual, había un hombre que conseguía traer una sonrisa en las mañanas de domingo. Su velorio muestra eso, esa relación y lo que representaba. La conciencia y el entendimiento de lo que él era, está dentro de todos los brasileños”.
El actor, claro, compara el momento en que Senna vivió, con la crisis de los últimos años, ya sea por causa de la pandemia de COVID-19 o por el desmonte de sectores en Brasil. Para Gabriel Leone, la producción llega en un momento importante para traer de vuelta el legado del piloto y ese sentimiento de orgullo. “La pandemia fue muy dura. Y como si eso no fuera suficiente, aún vivimos cuatro años del peor gobierno que nuestro país ha visto, que no hizo nada y además incentivó lo peor en ese período”, dijo Leone. “Ataques a la cultura, a los artistas, a la Amazonía, estamos en un período de reconstrucción y aún muy frágil. Nuestra expectativa, mía y de todo el equipo, es también colocar una sonrisa en la cara del pueblo brasileño de nuevo con la serie”.
El pueblo es la línea de meta, y el streaming es el coche en el que Leone espera llegar hasta allí. El actor resalta la importancia que las plataformas digitales han adquirido en los últimos años para la cultura brasileña. Senna es producida por Gullane, que en 2024 marcó presencia en el Festival de Toronto, con Los ahorcados, y en el Festival de Cannes, con Motel Destino, y tiene distribución mundial por Netflix. “En los últimos años, con este proyecto de destrucción de la cultura, los proyectos de streaming representaron algunas de las pocas oportunidades de trabajar y crear proyectos originales brasileños”, afirmó Gabriel. “Es un cambio positivo, pero al mismo tiempo, hablando para Brasil, necesitamos reconstruir nuestra industria cinematográfica, nuestra industria audiovisual para sumar. No competir.”
El clima de competición Leone lo dejó para la interpretación de Ayron, a quien estudió a fondo a través de materiales como el documental Senna de Asif Kapadia y en el contacto con la familia, que asegura haber sido muy puntual, pero significativo en la preparación. “Ayrton era un ser humano complejo como todos nosotros. El contacto personal con la familia fue importante para saber si estaba en el camino correcto”, recordó el actor.
Esta búsqueda por el lado íntimo de Ayrton Senna llenará los espacios donde el público no tuvo acceso y la construcción de la dramaturgia de la serie, “totalmente basada en su historia”, como asegura el actor, ayudará a montar esa narrativa junto con los momentos famosos del piloto. “Hay un momento donde Ayrton sale muy indignado de un briefing de pilotos por la manera en que están tratando y lidiando con él, diferente de cómo lo hacen con otros pilotos, y esa imagen existe. Pero ahí no está la imagen del momento siguiente con él llegando al motorhome”, contó Leone. “Hablé antes de esa escena con Viviane [Senna] y ella me habló sobre cómo a lo largo de su carrera, él trabajó el autocontrol. Hay un momento de cambio cuando entiende la importancia de trabajar su cuerpo y su mente. Y entonces antes de esa escena recordé esa conversación y eso ayudó mucho.”
Viviane Senna, la hermana de Ayrton, es una de las grandes responsables de mantener su legado, sea con el instituto que lleva el nombre del piloto, manteniendo su memoria viva en el deporte o ayudando en producciones como la serie de Netflix. “Senna es idolatrado en Italia, Francia, Japón… tanto por lo que representaba dentro de las pistas, como fuera de ellas”, recordó Leone. “Siempre fue muy unido a la familia, incluso cuando comenzó a vivir en Inglaterra para entrenar y dedicarse. La familia es su base y eso es lo que estamos trayendo a la serie. Queremos mostrar ese mensaje de dedicación a los sueños y perseguirlos, esa determinación sobre-humana y también la conexión con la familia.”
No falta presión para Leone, así como no falta mucho para ver si rescatará la euforia de Ayrton. Senna, una miniserie de seis episodios, cruza la línea de meta el 29 de noviembre en Netflix.
Entrevista realizada por Mariana Canhisares.
