Demi Moore en una escena de The Substance (Reproducción)

Créditos da imagem: Demi Moore en una escena de The Substance (Reproducción)

Películas

Crítica

La sustancia es una tonelada de dinamita que explota durante 2h 30 sin parar

Demi Moore y Margaret Qualley protagonizan un clásico del terror corporal instantáneo

Omelete
4 min de lectura
23.01.2025, a las 15H02.

The Substance no sabe cuándo parar. La película de Coralie Fargeat, que revolucionó la competición por la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2024, dura casi 2h30 y amplía tanto su concepto de ciencia ficción como su capacidad para inventar cosas nuevas y extrañas hasta un punto que debería ser insostenible para cualquier narrativa. Y sin embargo… en The Substance, Fargeat (también guionista) demuestra ser una de esas artistas de elocuencia incansable y audacia inquebrantable, una narradora cuyo impulso discursivo nunca parece agotarse, con quien siempre podemos contar para sorprendernos, para conmovernos e intrigarnos.

Producto primario de esta sensibilidad, La sustancia es una tonelada de dinamita en forma de cine, que, además, no deja de explotar ni un segundo durante sus casi 150 minutos de duración. Y es apasionante comprender que este cine de inflamación, de escándalo, de cooptación de lenguajes vulgares (y a veces incluso regresivos) para impulsar ideas radicalmente contemporáneas, todavía existe. Fargeat merece aquí el que quizás sea el título más elogioso y esencial que pueda recibir una artista: ella es vital , y también lo es su película.

En The Substance, seguimos a la ex estrella de cine (¡nominada al Oscar!) Elisabeth Sparkle, interpretada por Demi Moore. Después de ser olvidada por Hollywood, encontró la supervivencia profesional como presentadora de un programa de televisión sobre fitness, muy parecido a Jane Fonda, pero ahora incluso la cadena busca reemplazarla con una “modelo más joven”. Ingresa esta misteriosa sustancia, que promete crear "una mejor versión de ti", lo que termina siendo, por supuesto, bastante literal, cuando Sparkle da a luz a una niña de 20 años (Margaret Qualley) que tiene todo lo que necesita para conquistar el mundo en su lugar.

Dentro de las elaboraciones típicas del género en el que se encuentra, la película no reinventa la rueda, pero sabe cómo hacerla girar a su favor. Fargeat obedece ágilmente las reglas de la ciencia ficción de alto concepto, introduciendo las reglas de fondo con eficiencia y estilo (ella misma escribe el montaje de la película, junto a Jerome Eltabert y Valentin Ferrón) y allanando el camino para que la película desarrolle progresivamente las consecuencias grotesco de la desobediencia a estas reglas. Para una película de 2h30, The Substance se mueve con una velocidad excepcional, y hay quienes se quejarán del poco espacio para respirar entre las subidas de tono, pero Fargeat tiene tanto que decir que se puede perdonar su impulsividad.

Acercándose también al horror corporal, la cineasta se muestra intrépida, incluso despiadada. The Substance tiene un diseño de sonido incómodo, lleno de ruidos húmedos de carne y huesos moviéndose como no deberían; la dirección de arte (diseñada por Stanislas Reydellet ) y el maquillaje son imaginativos en su concepción de las distorsiones de la vida cotidiana, en su diseño de criaturas que entretienen, perturban, hacen referencia e inventan, todo al mismo tiempo; y, finalmente -quizás incluso más importante- un ojo muy atento para lo extraño fuera de las situaciones más obviamente monstruosas de la trama. Porque incluso cuando no se trata de monstruos, The Substance sabe que... bueno, lo es.

Es en esta línea que Fargeat adopta el lenguaje de la mirada masculina, abusando de planos comerciales, cámara lenta, texturas de vestuario y piel y ángulos dudosamente exploratorios, para filmar los cuerpos de sus protagonistas. Sobre la banda sonora eufóricamente sintetizada de los británicos Raffertie, el efecto es de incitación y cuestionamiento, dando una patada al espectador bajo la mesa, retándole a no sentirse excitado por esta entrega sin restricciones al aspecto táctil del cuerpo femenino tal y como siempre se ha mostrado en el cine. Pero si cedes, por supuesto, la película te condena como cómplice de la trama que sigue.

Moore y Qualley, a su vez, ocultan la perturbación de un mundo que los obliga a contorsionarse y humillarse para ganarse la vida, sentirse amados, tener valor. Jugando con sus propias imágenes, construyen una relación que conduce a la conflictiva madre e hija de otros clásicos del cine, pero que también va más allá: existe aquí el resentimiento por la sustitución, por el revivir la juventud por poder, pero también un antagonismo y una responsabilidad más inquietantes, basados ​​en las imágenes que ven unos de otros dentro del apartamento donde viven. Y Fargeat les ordena que choquen con este conflicto sin quitar el pie del acelerador, tal como lo hace con todo lo demás en la película.

En cierto modo, todos los juegos de The Substance son al menos juegos dobles. Ríndete y rebelate contra el lenguaje masculinizado del cine, disgusta y admira la carencia absoluta (¡y fabricada!) que impulsa la vanidad femenina, recicla imágenes de terror (El resplandor, Carrie, etc.) para reclamarlas como enteramente tuyas. El hecho de que soporte todas estas contradicciones y avance sin mostrar signos de asfixia es un testimonio de la excepcional obra de arte que es.

Nota del Crítico
Excelente!
A Substância
The Substance
The Substance

Año: 2024

País / Nación: Reino Unido/EUA/França

Duración: 140 min

Dirección: Coralie Fargeat

Argumento: Coralie Fargeat

Elenco: Dennis Quaid, Margaret Qualley, Demi Moore

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