Si creciste en la década de 1990 y principios de la de 2000, probablemente tengas buenos recuerdos de películas navideñas como Milagro en la calle 34 y El regalo prometido. El espíritu navideño cobra vida en el primero, mientras que el segundo aporta más comedia física; Operación Navidad une ahora los dos elementos, liderados por protagonistas asociados al cine de acción. Dirigida por Jake Kasdan (responsable del reboot de Jumanji), la película busca equilibrar el sentimiento con la adrenalina para no ser un ruido más en un almuerzo familiar de Navidad.
Santa Claus interpretado por JK Simmons es prácticamente un superhéroe, ejemplificado por el cuerpo tonificado de Nick, el cariñoso apodo del personaje. La película trata la Navidad, según el imaginario fantástico de nuestra era dominada por Marvel, como una gran operación de guerra, al tiempo que difunde el sentimiento optimista y contagioso de quien trabaja los 364 días del año por una maratón de buenas obras en Navidad.
Dwayne Johnson refuerza su personaje de truculencia caricaturesca al interpretar a Callum Drift, el jefe de seguridad de Santa. Sus caras, boca y discurso al explicar el contexto de la misión no son nada diferentes a cuando rescata personas en San Andreas. Es difícil imaginar a otro actor para el papel; The Rock reafirma su posición en el cine familiar siendo lo más The Rock posible. Chris Evans aporta el valor de su Johnny Storm al mercenario Jack O'Malley, un cazarrecompensas a quien Callum busca como aliado cuando, de repente, el Viejo Santa simplemente desaparece.
La búsqueda de Papá Noel es el tema de la película de Kasdan, como en muchas aventuras navideñas que funcionan como carreras contrarreloj para repartir regalos. Como el villano Gryla, Kiernan Shipka tiene poco tiempo en pantalla para brillar. El guión la aísla del resto del reparto, lo que dificulta interacciones con el dúo protagonista que podrían ser más memorables, mientras que Lucy Liu encuentra en la comedia sutil un buen formato para su personaje, Zoe. Jefe del departamento encargado de rastrear y proteger a las criaturas mitológicas, el agente va más allá de lo meramente expositivo -en una trama que esboza una construcción de la mitología con aspiraciones de franquicia- y abraza el absurdo con buen efecto cómico.
Combinados con humor y acción, puedes esperar lindos momentos típicos de las películas navideñas en Código traje rojo. Sí, existen y uno en concreto puede requerir ese pañuelo estratégico, lo que salva la conclusión de ser estrictamente repetitiva como en otros títulos similares. Está todo ahí, sin quitárselo ni ponérselo. Dentro de unos años, Código traje rojo podría incluso convertirse en la película del almuerzo del 25 de diciembre cuyos diálogos ya hemos citado de memoria.