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Crítica

El nuevo episodio de The Boys es tan divertido como emotivo

No falla: la serie siempre sorprende a mitad de temporada desplegando todo su delirio, pero también su emotividad

27.06.2024, a las 11H36.
Actualizado en 27.06.2024, A LAS 12H20

Como comentamos la semana pasada, las temporadas de The Boys, salvo algunos cambios, suelen presentar la misma estructura temporada a temporada y esta vez llegó el momento de divertirse un poco más. Si bien los capítulos más delirantes y graciosos suelen estar relacionados a lo sexual, esta vez presentó una atmósfera más terrorífica, pero absurda, al enfrentarse a peligros algo ridículos. Claro que jamás se negoció el progreso de la historia y el reírse de una aspecto de la vida real. 

Aquí la reseña de "Beware of the Jabberwock, My Son", el quinto capítiulo de la cuarta temporada donde presentó un nuevo momento delirante (como solo sabe The Boys), pero también una subtrama bastante emotiva sobre el saber decir adiós. 

ATENCIÓN PORQUE A PARTIR DE AQUÍ COMIENZAN LOS SPOILERS

Butcher (Karl Urban) volvió a tomar el protagonismo de la serie y de su grupo. Ahora comanda el contrataque de manera más inteligente y una información es su carta bajo la manga: se enteró del virus que crearon en Godolkin University, de Gen V (con una pequeña aparición de algunos personajes de la serie), que atenta contra los súpers. Pero para dar con él, que está en poder de Victoria (Claudia Doumit), deberán buscar a un viejo enemigo y convercerlo de convertise en su nuevo aliado. Así fue el regreso del ex ceo de Vought, Stan Edgar (Giancarlo Esposito) a la serie y que trabajará con The Boys. 

La misión: conseguir el virus para matar a los supers que está en poder de Victoria Neuman, la que traicionó a Edgar y lo llevó tras las rejas. Para torcer la voluntad de este, Butcher le cuenta que Victoria le aplicó el compuesto V a Zoe, algo así como la nieta de Stan, y este acepta sumarse al grupo. The Boys junto al personaje de Esposito van camino a una casa de campo donde podría estar en virus. Pero allí deberán enfrentarse a varios experiementos, entre ellos, gallinas, ovejas y vacas con superpoderes. 

Por el lado de The Seven y su grupo, la serie vuelve a burlarse de hechos de la vida real, en este caso, de las convenciones de películas y series de televisión y de las grandes franquicias (específicamente le apuntaron a Marvel) al presentar una abultada línea de tiempo con títulos que protagonizan los héroes de Vought. Se ríe de la propia industria, sus deseos desmedidos de conquistar la taquilla y los fans. Y le salió muy bien. Pero por otro lado sirvió para contar una situación más específica: el hartazgo de Homelander a su vida. 

Luego de abordar el tema del pasado durante los primeros cuatro capítulos (temática que sigue siendo predominante en la temporada), The Boys decide hacer algo con eso en dos ramificacones: la primera en la historia de Homelander con Ryan, su hijo. Literalmente no desea que hagan lo mismo con él (algo que vimos en el capítulo anterior) y empieza a jugar de su lado, a tratar de entender a su hijo. Claro que, una vez que obtiene la voluntad de este, lo lleva al extremo y le da el poder al niño de hacer justicia por mano propia. Este ve como una asistente del director de los films de Vouht se siente incómoda (¿otro guiño a la industria?) y le da la autorización para que ella lo bofetee a este sin piedad. Ryan lo disfruta. Algo que evidentemente Homelander malinterpretó, pero no se podía esperar algo diferente de él. 

Pero hay una segunda historia sobre esto de no dejarse dominar por el pasado y es la historia de Hughie y sus padres. Como finalizó el capítulo anterior, la madre del personaje de Jack Quiad le inyectó a su padre el compuesto V para que este no muera: Hugh (Simon Pegg) despierta aparentenmente sin consecuencias. Sin embargo, este subtrama regaló los momentos más emotivos del capítulo, donde Hugh le expica a su hijo por qué no le cedió a él la toma de decisiones respecto a su salud. Y Hughie aprendió. 

Luego de un despligue y descontrol de los poderes de Hugh, como siempre Simon Pegg cumple y entrega algo más a sus personajes y actuaciones, madre e hijo deciden corregir su error y despedir a su padre en uno de los momentos más emocionantes (y son pocos) de la serie. Pero claro, le historia principal de episodio 5 de esta temporada era el polo opuesto: Butcher y compañía debían enfrentar a los animales con compuesto V. 

Otro gran episodio que deja como saldo mucha diversión con la firma indudable de Eric Kripke, pero con un momento de emoción y aprendizaje algo atípico de The Boys, que siempre encuentra algo para sorprender. Para el final, Butcher vuelve a ser él mismo y obtiene otra pieza clave para su venganza.